El gran despliegue armamentístico en la invasión de Ucrania por parte de Rusia está fuera de toda duda, sin embargo, este despliegue puede ser mayor debido a que el conflicto no para de escalar. Más allá del uso o no de armamento nuclear, existen otras armas en el arsenal ruso muy cuestionadas, como las bombas de racimo o el dron Kub-Bla.

A mediados de marzo, Bulletin of the Atomic Sciencist publicó que se habían recibido imágenes desde Ucrania, en las proximidades de Kiev, donde se apreciaba un fuselaje metálico. Los analistas lo habrían identificado como un dron de fabricación rusa capaz de seleccionar y atacar objetivos de forma autónoma una vez se le han indicado unas coordenadas.

Este dron es el ZALA Aero KUB-BLA, fabricado por la empresa rusa Kalashnikov, conocida por la fabricación del fusil AK-47. Cuando los soldados cargan una imagen, el sistema del dron es capaz de reconocer y clasificar en tiempo real los objetos detectados utilizando inteligencia artificial. Tiene una envergadura de 1,2 metros, puede alcanzar los 130 kilómetros por hora y mantenerse en el aire durante 30 minutos. Se cree que este dron podría haber sido usado antes durante la guerra de Siria en 2019, aunque es posible que entonces, como ahora, el dron no estuviese siendo utilizado en su forma autónoma.

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El Kub-Bla no sería la primera arma autónoma basada en IA que se usa en combate. En 2020, durante el conflicto en Libia, un informe de la ONU afirmaba que el Kargu-2 turco "perseguía y atacaba remotamente" a convoyes logísticos y fuerzas en retirada. El gobierno turco negó entonces que esta arma se estuviese usando de forma autónoma, aunque el Subsecretario de Defensa de Turquía reconoció que tenían la posibilidad de desplegar esa capacidad.

Gran preocupación por las armas autónomas

Este tipo de armas generan una gran preocupación. Miles de investigadores de inteligencia artificial firmaron un compromiso en contra de permitir que máquinas puedan acabar con vidas humanas. 

Desde Bulletin of the Atomic Sciencist se señala que esta preocupación está justificada debido a la fragilidad actual de la inteligencia artificial. "Puede ser fácilmente engañada o cometer errores. Por ejemplo, un solo píxel puede convencer a una inteligencia artificial de que un bombardero furtivo es un perro. Un campo de batalla complejo y dinámico, lleno de humo y escombros, hace que la identificación correcta de objetivos sea aún más difícil, lo que representa un riesgo tanto para los civiles como para los soldados aliados", explican.

Las normas internacionales al respecto del uso de estas armas son muy incipientes y, además, países como EE UU se oponen a este tipo de normativas. Incluso con normas duras, es posible que Rusia también usase este tipo de armas, viendo que las sanciones no han impedido sus acciones.

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